A veces aparece sin aviso. Otras, hay que salir a buscarla.
🌱 1. El momento previo
Antes de que aparezca una idea, casi siempre hay un estado extraño. Una incomodidad, una necesidad, un cansancio creativo. Esa sensación de que no se me ocurre nada… y quizás nunca más se me ocurra algo.
Me ha pasó mil veces. Me paralizo, me frustro, empiezo a pensar en negativo. Pero con el tiempo aprendí que ese vacío también es parte. Que es como una antesala. Una pausa obligada.
En esos momentos me pongo en modo alerta. Como si se me pararan las antenas. Ordeno el estudio, vuelvo a libros viejos, miro series, leo. Si puedo, voy a una muestra, viajo, hago deporte. Cuando nado o estoy por dormir, es cuando a veces llegan —chiquitas— las primeras chispas.
Esa primera idea que aparece no suele ser grandiosa. Pero activa algo. Es como una llave. Y con esa llave, empiezan a abrirse más puertas. Y el espacio se abre para algo nuevo. Este es un momento que me pasa a mí, y quizás a vos también.
✨ 2. La aparición
Las ideas pueden llegar como un relámpago o como un susurro. A veces se presentan de golpe. Otras, hay que buscarlas con paciencia.
Aprendí que si una imagen me toca, aunque no sepa por qué, la guardo. A veces son colores que se repiten, frases, texturas, escenas cotidianas. No importa si no tienen sentido todavía. El archivo se va armando igual.
Guardo imágenes por temporadas, anoto en papelitos, saco fotos, subrayo. Y después, todo eso se convierte en un tablero, una colección de intuiciones. Las organizo por color, forma, sensación, hasta que encuentro un hilo. Un centro. Una idea madre.
Hace poco, por ejemplo, decidí explorar formas simples y colores planos. Armar una trama. Busqué combinaciones de color, texturas suaves, y empecé a juntar cosas sin saber muy bien por qué. Hoy ya tengo casi todo listo en Illustrator, y esa idea que parecía abstracta ahora es el inicio de nuevos productos.
🔍 3. Lo que me funciona
En mi caso, las ideas suelen venir cuando dejo espacio. No aparecen cuando me presiono, sino cuando observo.
Mis fuentes:
- Una imagen que me toca sin explicación.
- Un color que vuelve una y otra vez.
- Un tema que me inquieta y se instala.
- O algo mínimo y cotidiano: una flor seca, una textura, una escena doméstica.
Hacer un moodboard, tenerlo a la vista, mover las piezas… Todo eso me ayuda a pensar y sentir visualmente. Y así las ideas van tomando cuerpo.
No todas llegan claras. Algunas solo se entienden después. Pero si te activan, aunque no sepas por qué, seguí ese hilo.
🧵 4. ¿Y si ya está ahí? ( va con spoiler)
Hay ideas que no aparecen de golpe, pero están. Dando vueltas.
Repetidas en tus cuadernos, en tus carpetas de Pinterest, en lo que compartís.
Solo falta mirarlas con otros ojos. Cambiar el foco. Darles un nombre. Y entonces, ahí están.
Muchas de las cosas que estoy trabajando hoy salieron así. Faunita, por ejemplo, es una idea que existe hace años. Los cursos también. Y un día, sin aviso, empezaron a tomar forma.
Porque algo se transformó en mí. Porque todo ese archivo invisible que se fue acumulando encontró su lugar.
🔄 5. Ideas, método y dirección
Leyendo Hábitos Atómicos encontré una analogía que me gustó. El libro dice que una meta se alcanza con hábitos pequeños, sostenidos. Y eso me recordó a cómo se construyen los objetos en diseño: una idea, una búsqueda, una serie de pasos, prueba y error.
Las ideas no son mágicas. Son recorridos. Y si no aparecen solas, se pueden trazar caminos: "Quiero hablar de esto, con esta estética, en este formato." Eso también es diseñar.
En Fauna trabajo así: Sé que quiero hacer productos ilustrados, con ciertas paletas, y que sigan el principio de cero desperdicio. Esa base me ordena. Me permite tomar decisiones. Tengo métodos, plantillas mentales (y algunas que todavía no armé), y un camino que se va adaptando, pero que me sostiene.
Y aunque ese camino a veces se ramifica, también abre espacio para lo nuevo. Lo que no está definido del todo, pero ya empezó a tomar forma.
🌟 Un cierre que quiero compartir:
Si una idea aparece una y otra vez, no la descartes. Quizás es una invitación.
No hace falta entenderla del todo. Solo prestarle atención. Y empezar a transformarla, a tu manera.
Cada persona puede construir un método propio. No se trata de tener todo claro desde el principio, sino de darle forma a eso que ya está en vos.
Y si querés aprender cómo hago yo para pasar de una chispa a un objeto o a una colección… te invito a que te quedes cerca. Hay mucho que quiero compartir.
💌 ¿Querés seguir explorando este universo?
Encontrame en Instagram o sumate al canal de difusión.
Gracias por leer.
Con cariño,
Pau 🌸